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Haney ante Lomachenko: juicio a los jueces

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Devin Haney retuvo el título de peso Ligero ante Lomachenko (1:18)

El estadounidense mejora su récord a 30-0 con una impresionante victoria por decisión unánime sobre el ucraniano en Las Vegas. (1:18)

Aquella frase de “Con amigos así, no se necesitan enemigos”, parece reflotar luego del sábado por la noche, tras la victoria impopular de David Haney ante Vasily Lomachenko.

Mientras el público abucheaba sonoramente las tarjetas que le dieron la victoria al todavía invicto y campeón unificado (dos jueces, Tim Cheatham y David Sutherland, votaron 115-113 y Dave Moretti le dio 116-112 a Haney), comenzó a crecer el general desencanto.

Es cierto que, por un round de diferencia, podría haberse fallado empate. Pero para el público, y aficionados en general a través de las redes sociales, quedó en claro que Lomachenko había sido el ganador.

Se alzaron voces afirmando que no se podía hablar de “robo” en una pelea tan cerrada. Y es cierto, quizás, pero también es cierto e innegable que aunque no deba utilizarse esta palabra, resulta difícil encontrar quienes hayan visto como claro ganador a Haney, el favorito indiscutido en las apuestas y en las opiniones previas. Después de todo, el aficionado siente que ha visto una pelea y que finalmente el fallo le demuestra otra cosa.

Eso sin hablar de los boxeadores, muchos de los cuales han confesado públicamente que le temen más a los jueces a al árbitro que a su rival. No olvidar que hace apenas una semana y también en Las Vegas, al venezolano Ismael Barroso, que iba arriba en las tarjetas, Tony Weeks le paró la pelea para darle el triunfo por nocaut técnico a Rolando “Rolly” Romero –también, como Haney, el favorito-, en una decisión que nadie logró entender.

Surgen entonces los más temidos fantasmas que van más allá de la impericia o la falta de criterios: el de los combates arreglados de antemano, algo que solamente perjudica al boxeo y principalmente, a los boxeadores que cuando suben como visitantes sienten que solamente el nocaut les permitirá ganar.

Aunque en la práctica no sea tan así, sigue sucediendo… con lo que también suelen caer justos por pecadores, que se entienda bien.

Un poco de historia. Allá por febrero de 1979, justamente en el Caesars Palace de Las Vegas, se vivió un hecho inédito: un campeón mundial en el ring frente a las cámaras de televisión, esperando a su desafiante, mientras éste abandonaba el Pavillion, escenario de la pelea que no fue. Y todo, justamente, porque la pelea –que era por la corona mundial medio pesado de la Asociación Mundial de Boxeo- no iba a ser regida por jurados de esa entidad, sino por oficiales de la Comisión Atlética de Nevada.

La Asociación Mundial de Boxeo había designado a Jesús Cellis de Venezuela (también jurado), a Roberto Hill (Panamá) y Luis Magaña (México). Los protagonistas fueron Mike Rossman, el campeón, que se quedó solo en el ring esperando; Víctor Galíndez, el ex campeón y entonces retador que se retiró del estadio y Juan Carlos “Tito” Lectoure, el promotor del boxeador argentino, quien se plantó para decir: “Sin jueces de la Asociación, no hay pelea”. Y no la hubo…

Esta no es una anécdota más, tiene que ver con que en la gran mayoría de los Estados Unidos –aunque no en todos los casos-, los organismos no designan a las autoridades, sino que estas son designadas e impuestas por los entes locales. Entonces, cuando se producen este tipo de decisiones impopulares, las organizaciones (WBA, WBC, IBF o WBO, sean cuales sean) quedan expuestas en su impotencia.

No es cuestión de hacer leña del árbol caído, pero Dave Moretti (78) por ejemplo, fue el único jurado en votar 10-10 para Gervonta Davis en el 2do. asalto, en el que éste derribó a Ryan García. Y, aunque fue recusado por el equipo de Lomachenko, lo designaron igual considerándolo uno de sus mejores jurados. Moretti es el mismo que en la victoria de Haney, le otorgó 116-112 al campeón.

Hay más ejemplos, como el 116-112 a Mayweather ante Marcos Maidana, igual voto que para Mayweather frente al Canelo Alvarez. Aunque esa noche, esa marca fue superada por la Juez C. Ross que falló empate en 114 iguales: increíble.

¿No será hora de que los organismos que rigen combates por campeonatos mundiales decidan que son también responsables directos de jurados y árbitros en lugar de dar, en la mayoría de las veces, un paso al costado? Los organismos reciben mucho dinero por sancionar una pelea de campeonato mundial, y por ende, también deben asumir la responsabilidad cuando una decisión va contra la corriente.

Lectoure nunca fue reconocido debidamente por la Asociación Mundial por aquella actitud tomada en Las Vegas, para hacer valer los derechos legítimos de esa entidad. De la misma manera que no aceptar jurados “de afuera” es una manera de discriminar a oficiales de ring que no siempre tienen una oportunidad de demostrar lo que son.

Mientras sigamos comentando más los fallos que las peleas, habrá que reconocer que algo anda mal en el boxeo de hoy, en donde parece difícil encontrar a los verdaderos responsables. Como dice el refrán, con amigos como estos, el boxeo no necesita enemigos.